La disnea, comúnmente conocida como ahogo o dificultad para respirar, es la sensación de falta de aire. Puede ser leve o grave y estar relacionada con problemas cardíacos, pulmonares o metabólicos.
¿Por qué se produce este síntoma?
Ocurre cuando el organismo no recibe suficiente oxígeno o el esfuerzo respiratorio es mayor de lo normal. Puede deberse a enfermedades que afectan los pulmones, el corazón o la musculatura respiratoria.
Síntomas de alerta
✔ Sensación de falta de aire repentina.
✔ Dificultad para respirar en reposo o acostado.
✔ Opresión en el pecho o silbidos al respirar.
✔ Labios o dedos azulados (cianosis).
✔ Confusión o fatiga extrema.
Causas y factores de riesgo
✔ Cardíacas: Insuficiencia cardíaca, infarto, valvulopatías.
✔ Pulmonares: EPOC, asma, neumonía, embolia pulmonar.
✔ Metabólicas: Anemia, acidosis metabólica.
✔ Psicológicas: Ansiedad, ataques de pánico.
✔ Factores de riesgo: Tabaquismo, obesidad, antecedentes respiratorios o cardíacos, exposición a alérgenos o contaminantes.
Diagnóstico y evaluación médica
✔ Examen físico y oximetría de pulso.
✔ Radiografía de tórax y espirometría.
✔ Electrocardiograma y ecocardiografía.
✔ Pruebas de función pulmonar y análisis de gases en sangre.
Tratamiento
✔ En caso de causa cardíaca: Diuréticos, vasodilatadores o tratamiento para insuficiencia cardíaca.
✔ Causa pulmonar: Broncodilatadores, oxigenoterapia o antibióticos en caso de infección.
✔ En urgencias: Soporte ventilatorio si es necesario.
Prevención
✔ Evitar el tabaco y la exposición a contaminantes.
✔ Mantener un peso saludable y una actividad física adecuada.
✔ Controlar enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes.
✔ Seguir tratamientos médicos para afecciones respiratorias.